Cronicas | H. Ayuntamiento de Palenque.

Impactos de la revolución Mexicana en Chiapas

Lunes,15 de Enero



IMPACTOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN CHIAPAS
Con las primeras décadas del XX, sin embargo, el tradicional sistema social se empieza a temblar; los efectos expansivos de la Revolución Mexicana comienzan a agujerear el arcaico tejido social chiapaneco. En 1913 la “Brigada 21” del ejército Constitucionalista llega a Chiapas al mando del general Jesús Agustín Castro, y en septiembre y en septiembre del año siguiente éste asume la gubernatura del estado, aplicando de inmediato los principios de la Revolución Mexicana. De estrada, su administración legisló restringiendo los poderes y actividades de la iglesia, autorizó el divorcio, abolió el servilismo por endeudamiento con la “Ley de Obreros” y suprimió las jefaturas políticas. Así también, Castro inició la educación agrícola y fundó la Comisión Agrícola Local para ocuparse de la devolución de las tierras a los pueblos y campesinos. El ejército constitucionalista de Castro arrasó las iglesias y fincas, destruyendo símbolos religiosos y promulgando que su gobierno restituiría la tierra a los campesinos, a quienes instó a unirse al movimiento agrario nacional. La ley de liberación de mozos provocó una fuga masiva de la mano de obra de las fincas y las monterías, provocándoles serias dificultades, con lo que la reacción de sus propietarios no tardó en aparecer, pues fue entonces que surgieron movimientos armados regionales en contra de la presencia federal. Así como en México a fines de 1914 el movimiento constitucionalista de Carranza atravesaba momentos difíciles, en Chiapas el gobierno de Castro enfrento la rebelión contrarrevolucionaria de los llamados mapaches, organizada por criollos que defendieron su patria chica y el statu quo tradicional, al mando de su líder Fernández Ruiz. El movimiento mapachista lo conformaron finqueros criollos y algunos sectores de la clase media, junto a la masa campesina bajo su control. Los grandes terratenientes extranjeros participaron indirectamente en favor del mapachismo, en la medida en que éste significaba un frente militar protector de los intereses de la burguesía agraria chiapaneca y en contra de un mayor control político federal.

El ex gobernador de Chiapas Flavio Guillen, aliado de Francisco Villa, trató de ganar control sobre el movimiento insurgente del estado de 1916, organizando un ejército villista, que contó con un apoyo del presidente guatemalteco Estrada Cabrera. Esto fue aprovechado por los mapaches, formando el Movimiento Liberación Chiapaneca, que creció aún más cuando el mismo año se les unió otro movimiento militar llamado pinedista o felixista, liderado por Alberto pineda, que operaba en los departamentos de Las Casas, Chilón, Palenque y Simojovel, y el cual se conoce también como felixista por sus vínculos con Félix Díaz. El mismo año el zapatista Rafael Cal y Mayor encabezó otro movimiento rebelde, que no constituyó una amenaza para el gobierno de Tuxtla, aunque su líder fue considerado por los habitantes del noroeste de Chiapas como el asesino más brutal e inescrupuloso de la revolución. La tradición oral chiapaneca conserva el nombre de “come-vacas” para referirse a las tropas militares de uno o de otro bando que constantemente saqueaban las poblaciones donde pasaban, causando serios perjuicios a la ya precaria economía de los campesinos.En septiembre de 1916 Carranza nombró gobernador de Chiapas al coronel Pablo Villanueva; éste trato de poner fin a la guerra negociando con los rebeldes, pero no tuvo éxito. Fernández Ruiz ya tenía un efectivo control militar y exigía nada menos que el retiro inmediato de las tropas carrancistas y la elección de un gobierno civil compuesto exclusivamente por chiapanecos. Para los mapaches, 1917 fue un año de intensa actividad y de triunfos. Al año siguiente, Fernández Ruiz unió sus fuerzas al ejército de Alberto Pineda y llegó a tener más tropas que el propio gobierno. Esto empezó a cambiar en 1919 con la llegada del ejército constitucional liderado por Salvador Alvarado, proveniente de Yucatán, quien trató de negociar con los rebeldes, pero falló en su intento y terminó declarándoles una guerra total. Su política de reconcentración de la población campesina es un antecedente de los campos de concentración rural y fue desastrosa para la economía chiapaneca; asimismo, bajo ese clima de guerra, mucha gente fue inducida a abandonar el estado o a unirse a la rebelión. En abril de 1918 el ejército constitucionalista destruyó la base de Pineda en Ocosingo, causando a sus fuerzas armadas un grave daño. Luego, la campaña de los mapaches decayó considerablemente cuando sus ejércitos fueron atacados por una peste de influenza española y un brote de malaria. Sin embargo el conflicto continuó y por un tiempo, ni el gobierno pudo pacificar al campo, ni los rebeldes pudieron sostener su presencia en las ciudades.El mapachismo triunfó a partir de colapso del gobierno de Carranza en México; en diciembre de 1920 el líder mapache Tiburcio Fernández Ruiz asumió la gubernatura del estado y unió sus fuerzas rebeldes al ejército federal. El mapachismo en Chiapas es un caso único durante la Revolución Mexicana en que un movimiento contrarrevolucionario logró retomar el poder estatal. El mapachismo se ocupó primordialmente del bienestar de la clase terrateniente y de recobrar el control político del Estado para la “gran familia chiapaneca”. Consecuentemente, Fernández trató de desactivar al movimiento agrario campesino en ascenso que, independientemente del “agrarismo constitucionalizado” del gobierno posrevolucionario, empezaba ya a definirse como una posición de clase del campesinado chiapaneco. Según Benjamín, en ciertas regiones la política cobró un nuevo carácter a partir de 1918 debido a la politización de la población del campo a partir de la revolución, dándose una polarización de los indios contra los ladinos, de los desposeídos en contra de los terratenientes, de los trabajadores contra los capitalistas.

Los cinco años de guerra civil y las reformas administrativas e curso, fueron condiciones que politizaron progresivamente a la clase obrera rural; su descontento se canalizó en una oposición conformada por la alianza de antiguos constitucionalistas, sindicatos y comités agrarios de las comunidades. Esa nueva organización obrera permitió al gobierno federal promover el discurso oficial del agrarismo, penetrando e influenciando al agrarismo campesino propiamente dicho y controlando así la potencialidad de la organización laboral. Sin embargo, este fue también un momento de activa participación campesina, de involucramiento en las demandas colectivas. Ese agrarismo en lucha empezó a ver realizadas sus metas con la aplicación de la reforma agraria del gobierno de Cárdenas. Se considera que es entonces que los campesinos de Chiapas empezaron a recobrar un mayor control sobre sus vidas y a participar más activamente en la transformación de su estructura agraria.


Fuente de la Información: Crónista Municipal Profr. Agustín Roman Alvárez Bolivar.

Ultima Actualización: 15 De Enero De 2018.